Boletín Puntadas de Red. Edición 12
Cultura y Universidad para el desarrollo local y regional
La sociedad colombiana no ha logrado saldar la deuda histórica que tiene con los extensos territorios rurales del país. Pareciera que con el transcurso del tiempo nuestros campos se hunden en la pobreza, la violencia y la ilegalidad, mientras las grandes centralidades urbanas concentran la competencia por unos beneficios del desarrollo que tampoco alcanzan a ser garantía de calidad de vida para amplias capas de la población. Pero también son claras nuestras ventajas como país en lo que se refiere a las riquezas naturales y la diversidad biológica. También por que la diversidad de territorios de nuestra conformación geográfica, nos da también una riqueza de culturas y de diferentes miradas y saberes de la realidad. Estas circunstancias que tal vez hoy coexisten de manera caótica, son también fuente de nuevas preguntas acerca del papel de la Universidad y la academia, de cara a la construcción del desarrollo en los escenarios locales y regionales.
En ese contexto, la Universidad Nacional en los últimos años ha hecho una apuesta por abrir sedes en territorios en los que no había estado como presencia institucional y que hoy son centros de innovación social que delinean nuevos perfiles del papel de la Universidad en los procesos de desarrollo local y regional. Experiencias como la de las mujeres tikunas que se han constituido en las guardianas del sistema de lagos Yahuarcaca al noroeste de Leticia para expulsar la pesca industrial ilegal de barcos brasileños y peruanos y preservar así la seguridad alimentaria de sus comunidades en el marco de un proyecto de la sede Amazonía; o el trabajo con los pescadores artesanales de Guapi para rescatar y adaptar al presente técnicas de navegación ancestrales que les permitan
mejorar sus rendimientos, con el acompañamiento del Instituto de Educación en Ingeniería de la Facultad de Minas.
Y así, hay proyectos en Tumaco, en Arauca, en La Paz, y en muchos otros puntos en donde se está construyendo país desde lo local, desatando la conversación entre la ciencia y los saberes contextuales y ancestrales de los territorios para garantizar la pertinencia y la sostenibilidad de los procesos. De ahí están surgiendo nuevos paradigmas acerca del papel social de la academia y de los nuevos caminos de la formación profesional, haciendo de los territorios aulas ampliadas, para transformar la cultura de la Universidad Nacional de cara al futuro.