Simétrica
Alberto Uribe,1 1989, madera (nazareno), 40 × 200 × 20 cm.
Ubicación actual: vestíbulo del segundo piso del bloque 19, campus El Volador
Esta primera obra pertenece a la escultura abstracta geométrica. Como tal, este tipo de creaciones no acude a ninguna referencia del mundo natural o artificial, no pretende representar algún aspecto de la realidad, una escena o un personaje. La obra abstracta posee plena autonomía en su lenguaje, establece un universo simbólico y un lenguaje propio que se desprende de la tradicional noción mimética del arte, que busca plasmar un objeto o una serie de ellos, reconocibles. De tal suerte, la obra de Uribe debe apreciarse y analizarse desde una perspectiva cerrada en sí misma, sin tratar de identificar algo o relacionarla con algo.
Se trata pues de un juego formal de carácter estético que recurre a una composición que, para el caso, utiliza la geometría pura en sus dos elementos constitutivos y en las relaciones entre ellos. El producto plástico que se obtiene es una combinación de figuras que se perciben como resultado de una operación mental de carácter lógico racional.
Simétrica aborda el concepto mismo de su título; así, se traza un eje vertical imaginario que permite disponer las partes del conjunto de idéntica manera respecto a él. Lo que ocurre a cada lado de dicho eje es lo mismo. Lo que se obtiene en una composición simétrica es equilibrio y orden, que a su vez remite a los conceptos de control, eficiencia, prudencia y sanidad, derivados del uso del raciocinio como facultad propia del ser humano.
Los dos componentes de esta instalación permanente, piezas ortogonales de madera, se disponen en el espacio adosadas a un muro que hace las veces de soporte y respaldo de la obra, pero ligeramente separadas de la pared a unos 7,5 centímetros, lo que crea una espacialidad intencionada en la que fluye la percepción óptica del espectador alrededor de los maderos. Los dos listones, rectangulares en su sección de 6,5 × 3 pulgadas, se abren en diagonal respecto a las coordenadas del muro con un ángulo de noventa grados entre ellos y cuarenta y cinco desde el plano vertical del cerramiento arquitectónico. Están separadas entre sí 9 centímetros. El extremo inferior de los largueros de nazareno se apoya directamente sobre el piso sin transiciones o soportes adicionales, sin espacio de amortiguamiento u otros materiales y sin modificación en su forma; ambos se asientan firmemente dando la sensación de que penetran el plano de base. En la parte superior de ambos fustes, en cambio, se ha cortado la madera con un ángulo de cuarenta y cinco grados que achaflana la terminación para dar un remate a las piezas con otro giro a noventa grados hacia atrás, para recostarse sobre el paredón del vestíbulo de manera ortogonal conformando dos pequeños pórticos rectangulares.
De tal manera, la imagen del conjunto evidencia la precisa definición de la escultura y el dominio de la geometría en la composición y expone la intencionalidad plástica basada en una sencillez abrumadora que conmueve poéticamente por la contundencia gestual.
1 Alberto Uribe Duque (Medellín, Colombia, 1947- 2024.). Arquitecto de la Universidad Nacional de Colombia, Profesor Asociado de la misma institución adscrito a la Escuela de Artes de la Sede Medellín y también se desempeñó como docente de la Universidad Pontificia Bolivariana. Diseñador industrial y escultor de tendencia abstracto-geométrica con varios trabajos en el espacio público. Hace parte de la denominada “Generación urbana” de Antioquia. Su obra se ha expuesto en muestras colectivas, salones y bienales en varios países. Autor de algunos libros.