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[NOTICIAS]

 

 

 

La interculturalidad como desafío y oportunidad

 

Para la Universidad de hoy la capacidad de reconocer la diversidad de las culturas y de construir relaciones y procesos a partir de ella, es una competencia fundamental para la generación de conocimientos y de ciencia socialmente relevante. Y al mismo tiempo, representa un desafío que tiene que ver con las complejidades de la vida universitaria. Desde la convivencia entre estudiantes de todo el país, quienes traen a los campus sus culturas, pasando por las preguntas y retos que esta diversidad le plantea a la academia, hasta la manera como la Universidad se proyecta a los territorios como actor social, la interculturalidad es hoy una condición esencial para que la Universidad juegue el papel que le corresponde en la construcción de desarrollos locales y regionales a lo largo del país.


Y este camino de la interculturalidad genera sobresaltos en los paradigmas de una parte de la academia, cuestiona las endogamias disciplinares y las erudiciones apoltronadas, y señala caminos que apenas se están abriendo. Y por ahí, avanza hacia el terreno fértil de una Universidad que sea capaz de responder a las complejidades emergentes de los escenarios de crisis que nos atraviesan desde la localidad más lejana hasta la dimensión planetaria. Y ahí, en la cultura, se juegan el para qué y el hacia dónde de la función social de las ciencias.


En este proceso la Universidad Nacional de Colombia tiene dos motores fundamentales: el hecho de que sus estudiantes provengan de todos los rincones del país y sean portadores de identidades y tradiciones que apenas estamos reconociendo para incorporar a la vida universitaria, y las experiencias que se viven en las sedes de frontera en donde se están abriendo hoy las puertas de innovaciones y nuevas prácticas. Allí, en los procesos de formación los territorios se convierten en el aula extendida en la que se aprende de la realidad; en la investigación se articulan los conocimientos y la ciencia a la formulación y dinamización del desarrollo local con actores institucionales, sociales y económicos; en la extensión se construyen los diálogos con los saberes tradicionales y contextuales en la apropiación mutua de conocimientos que le dan pertinencia y factibilidad al desarrollo de los proyectos.

 

En suma, la interculturalidad hoy está perfilando una Universidad capaz de aportar a la paz y al desarrollo, entendido como el bienestar de las personas.

 

 

 

 

Cultura y Universidad para el desarrollo local y regional

 

La sociedad colombiana no ha logrado saldar la deuda histórica que tiene con los extensos territorios rurales del país. Pareciera que con el transcurso del tiempo nuestros campos se hunden en la pobreza, la violencia y la ilegalidad, mientras las grandes centralidades urbanas concentran la competencia por unos beneficios del desarrollo que tampoco alcanzan a ser garantía de calidad de vida para amplias capas de la población. Pero también son claras nuestras ventajas como país en lo que se refiere a las riquezas naturales y la diversidad biológica. También por que la diversidad de territorios de nuestra conformación geográfica, nos da también una riqueza de culturas y de diferentes miradas y saberes de la realidad. Estas circunstancias que tal vez hoy coexisten de manera caótica, son también fuente de nuevas preguntas acerca del papel de la Universidad y la academia, de cara a la construcción del desarrollo en los escenarios locales y regionales.


En ese contexto, la Universidad Nacional en los últimos años ha hecho una apuesta por abrir sedes en territorios en los que no había estado como presencia institucional y que hoy son centros de innovación social que delinean nuevos perfiles del papel de la Universidad en los procesos de desarrollo local y regional. Experiencias como la de las mujeres tikunas que se han constituido en las guardianas del sistema de lagos Yahuarcaca al noroeste de Leticia para expulsar la pesca industrial ilegal de barcos brasileños y peruanos y preservar así la seguridad alimentaria de sus comunidades en el marco de un proyecto de la sede Amazonía; o el trabajo con los pescadores artesanales de Guapi para rescatar y adaptar al presente técnicas de navegación ancestrales que les permitan
mejorar sus rendimientos, con el acompañamiento del Instituto de Educación en Ingeniería de la Facultad de Minas.


Y así, hay proyectos en Tumaco, en Arauca, en La Paz, y en muchos otros puntos en donde se está construyendo país desde lo local, desatando la conversación entre la ciencia y los saberes contextuales y ancestrales de los territorios para garantizar la pertinencia y la sostenibilidad de los procesos. 
De ahí están surgiendo nuevos paradigmas acerca del papel social de la academia y de los nuevos caminos de la formación profesional, haciendo de los territorios aulas ampliadas, para transformar la cultura de la Universidad Nacional de cara al futuro.

 

 

 

 

 

Posesión del nuevo Cabildo Indígena Universitario

en la Universidad Nacional de Colombia

Sede Medellín

 

Los días 7 y 8 de septiembre, se van a llevar a cabo las ceremonias y actos académicos y culturales de la XII posesión del Cabildo Indígena Universitario de Medellín, Junta y Guardia Indígena Estudiantil entrante. El día 7 se hará en el campus de la Universidad Nacional sede Medellín y el día 8 en la Universidad de Antioquia. Los dignatarios del actual Cabildo adelantaron las gestiones y conversaciones con la Sección de Cultura de Bienestar Universitario y la Red Cultural UNAL para el apoyo institucional a todas las actividades que tienen previstas en su programación.

 

La jornada del primer día en la Universidad Nacional comenzará con un saludo de los jóvenes representantes de los distintos pueblos indígenas, seguido por la palabra de los mayores que vienen desde sus territorios a acompañar a los jóvenes estudiantes en esta ceremonia. En las actividades académicas que vedrán a continuación, compartirán saberes y reflexiones en torno a temas clave como educación, derechos humanos, paz y territorialidad desde la perspectiva de sus comunidades. Simultáneamente, habrá una feria de artesanías y al final de la tarde habrá un encuentro artístico con taller de creación teatral indígena, poesía ancestral y presentaciones de grupos de la Sección de Cultura.

 

El Cabildo Indígena Universitario de Medellín es una organización que representa a los estudiantes de diferentes comunidades indígenas del país y que hoy adelantan sus carreras en distintas universidades de la ciudad. Su trabajo está orientado por un Programa que propone cinco senderos para articular sus culturas a la vida universitaria que son: Sendero 1 Etnoeducación, Sendero 2 Educación Superior, Sendero 3 Salud, Sendero 4 Investigación, Ciencia y Tecnología, y Sendero 5 Emprendimiento e Innovación.

 

La Universidad Nacional trabaja en el reconocimiento de las culturas y las tradiciones de los indígenas que hacen parte de la comunidad universitaria. Desde este principio y a través de la sección de Cultura de Bienestar Universitario, viene impulsando diferentes espacios para apoyar el rescate de las lenguas nativas, así como las tradiciones de los tejidos y las expresiones de los bailes y músicas ancestrales.

 

Para la Universidad Nacional de Colombia Sede Medellín, este es un importante paso en la construcción del diálogo intercultural y en avanzar hacia nuevos espacios para los tejidos entre la ciencia y la academia con los saberes ancestrales de los pueblos de sus estudiantes, para beneficio de los territorios que habitan.

 

 

 

 

“Un colombiano es más inteligente que un japones,

pero dos japoneses son más inteligentes que dos colombianos”

 

Esta sentencia la hizo el profesor Yu Takeuchi, quien fuera profesor emérito de la Universidad Nacional entre 1962 y 1989, y uno de los principales promotores de la enseñanza de las matemáticas en Colombia. Esta reflexión la retomó Antanas Mockus en la formulación de sus políticas de cultura ciudadana y su aplicación a ejercicios de gobierno.

 

Hoy la educación superior se enfrenta al reto de la Formación Integral que comprende las llamadas competencias blandas. Se trata del sistema de actitudes valores y comportamientos que son transversales a las diferentes profesiones y disciplinas y que aluden a las sensibilidades y razonamientos que nos hacen mejores seres humanos. Van desde conceptos profundos como la compasión, la solidaridad y la ética, pasando por sus manifestaciones en las capacidades creativas, en poder entablar conversación con otras disciplinas y saberes contextuales, que derivan en decisiones y comportamientos que permiten construir soluciones pertinentes y perdurables en el tiempo.

 

Hoy las evaluaciones internacionales dan cuenta de la debilidad de la Universidad Nacional en estos campos para despertar el espíritu humanista y ciudadano sin el cual se corre el riesgo de perder el sentido de la aplicación de conocimientos meramente disciplinares. No cabe duda de que estas habilidades blandas se pueden aprender, pero parece que escapan a las formas clásicas de enseñar y por lo tanto proponen un reto en el que es necesario avanzar en diálogos y experimentos que articulen la intervención cultural con las herramientas de la pedagogía.

 

Entre los distintos esfuerzos que se están haciendo hoy en la Universidad, acerca de la Formación Integral para abordar este reto, las facultades de Arquitectura y de Minas, junto con la Dirección Académica y la Red Cultural, exploran el camino de la construcción de juegos de simulación que apuntan a recrear la experiencia de enfrentar a los estudiantes a la solución de dilemas del ejercicio de la ética, de la articulación a los contextos, de asumir responsabilidades ambientales y sociales, con miras a que nuestros estudiantes sean colombianos más inteligentes que los retos y dificultades que enfrentamos como país. 

 

 

 

 

 

 

Hacia una Universidad que aprende

 

Hoy en la Universidad como institución de la sociedad, se trabaja en la investigación y la construcción de conocimientos en los campos de las ciencias y en formar a las personas en el rigor de las diferentes disciplinas. Y no cabe duda de que esos esfuerzos están generando soluciones a diferentes problemas. Sin embargo, al mirar la dimensión y la velocidad de los escenarios de crisis de nuestra época, que ponen en entredicho la existencia de la vida tal como la conocemos hoy, la Universidad se enfrenta a grandes preguntas sistémicas que rebasan los alcances de los campos de cada disciplina y se ubican en el terreno de la cultura. Es esta condición la que abre hoy los escenarios de la colaboración entre las ciencias. Hoy se hace necesario llevar a cabo diálogos improbables entre campos del saber, que han estado distanciados, alrededor de los grandes retos de la sociedad y del mundo y hacia comprensiones sistémicas complejas.

 

Por este mismo camino cobra relevancia que la Universidad trascienda los espacios académicos de los campus como los únicos escenarios en los que se construye el saber. Hoy se reconoce la relevancia de procesos de conocimiento que se desatan en diferentes escenarios sociales y culturales. Comunidades que han estado aisladas de las dinámicas del desarrollo por razones geográficas o por las insuficiencias institucionales, han generado formas de organización y mecanismos para suplir sus necesidades que son hoy saberes contextuales consolidados. Los pueblos indígenas americanos han construido desde épocas prehispánicas un sentido de las relaciones con la naturaleza que hoy se reconocen como posibilidad para la sostenibilidad de la vida en medio de la crisis climática. Hay empresas que se replantean su rol social transitando, del paradigma de la mecánica económica insensible, hacia compromisos que unen su futuro a la manera como las sociedades navegan en los grandes escenarios de crisis. Hoy el encuentro de estos conocimientos con la Universidad alimenta los diálogos entre las ciencias como un imperativo para ir a los territorios y a los diferentes escenarios sociales, incluido el de las políticas públicas.

 

Y son estos nuevos escenarios y cambios de paradigmas sobre las relaciones de la academia con la sociedad y los escenarios de crisis de nuestra época lo que conduce a configurar una Universidad que aprende, con todos los cambios culturales que esto supone.